martes, 21 de junio de 2011

¿Dónde están los grandes estadistas?

Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema.
Winston Churchill

Cualquier persona que haya participado de una conversación de política, religión o fútbol sabe lo real y verdadera que es esta frase. Las pasiones se encienden y no es que nosotros defendamos lo que creemos, nosotros somos lo que creemos y por ello no encendemos junto con nuestras pasiones. Son nuestras creencias las que hablan por nosotros.
El fanático percibe que alguien denosta lo que cree, en cierta forma denigra lo que es, se le quita entidad y sentido. Es como si alguien le sugiriese que está equivocado, pero no se trata de un error particular sino en cuanto a toda su filosofía de vida.
El problema del fanatismo es cómo el de un disco rayado, siempre suena lo mismo una y otra vez y por más que se trate de la melodía más dulce del mundo termina siendo una tortura que harta. Es la forma también de convencer al otro, a través de la repetición infinita del mismo cuento, de la misma historia, del mismo rezo.
El fanatismo es un poco también la prepotente obstinación del que cree tener la verdad, del que no acepta otras opiniones, del que no escucha aunque le estén hablando porque el ya sabe y no le interesa -o no le importa- la opinión del otro. Fanático también es no aceptar cuestionamientos, ponerse a la defensiva ante la mínima sugerencia que contraría su sistema de creencias. Y el problema del fanático es que está siempre muy cerca de la agresividad,
Es increible como son las personas las que le dan significado y valor a las cosas, hoy, ayer, hace mil años o en el futuro. Churchill fue uno de los grandes hombres que elevó la política a otro nivel, dándole prestigio -que actualmente no posee- demostrando que es capaz de cambiar el mundo y que los grandes cambios requieren grandes esfuerzos y se pueden realizar entre todos. Fue uno de los grandes estadistas de la historia, un genio imposible de comparar con alguno de la actualidad muchos de los cuales dan relamente pena...

1 comentario:

  1. La política ha bajado tanto de nivel que acá nos conformamos con que alguien sea honesto (lo que debería ser algo de base).

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