lunes, 27 de junio de 2011

Georg Trakl


" Hora de duelo, taciturna mirada del sol, es el alma un extraño en la tierra". Georg Trakl.

En su libro Antes del fin (1998) -una de las últimas obras de Ernesto Sábato- inicia el capítulo con un epígrafe de Georg Trakl citada arriba. Quién ha perdido a un ser querido sabe con certeza cuan vívida es la frase y cómo es el sentimiento de sentirse extraño y vaciado, confundidos en el limbo de la no pertenencia.
Es una de las pocas frases que inundan tanto de tristeza como de comprensión a la vida, al hablar del final de la misma con una naturalidad y un entendimiento profundo de la misma. Recuerdo que busqué "taciturna" en el diccionario -triste, melancólico, apesadumbrado- porque no sabía bien que quería decir, aunque lo podía imaginar. Sólo un poeta de la raza de Trakl -tan indentificado por esa palabra- podría haber construido esa frase tan económica como perfecta.
Para un sentimiento tan inexplicable como inabarcable, la mejor traducción sólo era posible a través de un poeta que vivió la muerte, el horror y la melancolia en carne propia, como se puede leer en su biografía de wikipedia. Incluso intentó suicidarse, seguramente hastiado de tanto horror. Este tipo de verdades reveladoras sólo se pueden conseguir a través de la experiencia personal muchas de las cuales termina siendo trágicas, de tan intensas.
Entre sus múltiples virtudes, Sábato además supo ser para mi un maestro, introduciéndome en la sabiduría única de una serie de escritores y poetas ignotos -para mi- que jamás los hubiera conocido de no haberlo leído a él. Gracias Sábato, gracias Trakl.

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