jueves, 13 de octubre de 2011

la moral

Hoy en día podemos afirmar que la moral predominante (al menos en occidente, y más en América que en Europa) es una moral cristiana. Una moral donde el placer no puede disociarse de la culpa, y donde el sufrimiento es una virtud. Donde la necesidad de trabajar (muchas veces de forma esclavizante) se asocia a la dignidad.

Es refrescante, entonces, saber que ya en el siglo XVIII había filósofos que se oponían a esa manera de ver la vida:

"Jouis et fais jouir, sans faire de mal ni à toi ni à personne, voilà, je crois, toute la morale". (Goza y haz gozar, sin hacer daño ni a tí mismo ni a los demás, eso, creo yo, es toda la moral). 
Nicolás de Chamfort (1741-1794)










Una definición sencilla, elegante. El ser humano está capacitado para darse cuenta si sus actos son buenos o malos, moralmente hablando. A lo sumo puede intentar engañarse, buscar un razonamiento que le impida sentirse culpable. Pero en el fondo, el inconsciente se encargará de mantener vivo todo recuerdo.

Según Chamfort, no hay mucho que razonar: en unas pocas palabras enuncia lo que debería guiarnos en nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás. No hay necesidad de tergiversar los valores.

A veces, la verdad es demasiado simple.

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