lunes, 15 de agosto de 2011

la patria es la infancia

Esta frase esconde una verdad tan univesal, que ha sido atribuida a escritores tan diversos como Baudelaire, Borges, Rilke, Saint-Exupery y otros tantos.

La infancia es ese lugar donde éramos queridos sólo por existir, sin importar nuestros méritos o defectos. El mundo era un juego, y la maldad sólo existía en esos cuentos que por antiguos parecían más leyenda que realidad (el malo era un lobo o una bruja, tan lejanos al día a día que ni siquiera tenían el poder de asustarnos).

Volver al lugar de la infancia (para aquellos que nos hemos ido lejos) es encontrarnos con la inocencia, con tomar las cosas como vienen sin darle vueltas y vueltas hasta encontrarles la mancha. Disponíamos de todo nuestro tiempo, aún no éramos esta especie de esclavos asalariados. Y por ello ese tiempo que hoy se nos vuela, en aquel entonces parecía eterno.

Si algún día inventaran la máquina del tiempo, el mundo se quedaría sin adultos.

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