jueves, 25 de agosto de 2011

Un poco de humor...


Es difícil encasillar a Woody Allen, ya sea rotulándolo como director, actor, guionista, escritor o músico (!?), pero resulta extremadamente fácil asociarlo a lo gracioso o a lo "diferente".
Como un camaleón que muestra distintos colores pero que en el fondo es uno solo. Lo divertido en Woody allen es que a través de ideas -o palabras- simples transmite grandes paradojas de la existencia con una estocada sencilla pero directa.
Y suele burlarse más de sí mismo que de los demás -cómo lo prueban sus múltiples películas- dando muestras de que el mismo es un bufón complicado con la existencia como cualquier otra persona común y corriente. Pareciera que el ya no se toma el tiempo en entender la vida, sino que se limita a mostrarnos sus absurdos y tomarlo con humor, con una sabiduría de aquel que conoce sus limitaciones y por ello prefiere disfrutar en vez de lamentarse. (teniendo ambas posibilidades).
Es interesante también como se trata de un humor que quiebra paradigmas, que baja lo "sagrado", o lo "moralmente -o socialmente- correcto" y lo desnuda con todas sus contradicciones. Así señala hechos que si bien nosotros no lo habíamos pensado antes, cuando son enunciados los festejamos con la sonrisa propia de quién acaba de descubrir una gran verdad escondida.
"Cuando un médico se equivoca, es mejor echar tierra al asunto." es una frase típica de su estilo que toma como algo natural a la muerte, y se ríe de la importancia y la falencia del ser humano con un simple juego de palabras de doble sentido. Los humoristas son un poco descubridores de grandes verdades y nuestra risa o sonrisa cómplice cuando los escuchamos es un signo de aprobación de sus dotes.

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