Ya hace más de un año que José Saramago no está entre nosotros, el tiempo se vuela pero por suerte sus escritos siguen ahí. El otro gran escritor portugués (junto a Fernando Pessoa) fue un hombre pesimista, pero no por ello dejó de luchar hasta sus últimas fuerzas por una sociedad más igualitaria.
"Aprendi a não tentar convencer ninguém. O trabalho de convencer é uma falta de respeito, é uma tentativa de colonização do outro". (He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro).
La frase puede tener muchas lecturas, pero la política y la religión creo que son los dos mayores exponentes de esa necesidad de convencer, a veces a la fuerza, a los unos para que hagan lo que otros quieren. Además, lejos de limitarse a predicar, el portugués nos dejó una vida ejemplar donde poder reflejarnos si es que queremos intentar ser un poco más humanos.
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