martes, 2 de agosto de 2011

Ya hace más de un año que José Saramago no está entre nosotros, el tiempo se vuela pero por suerte sus escritos siguen ahí. El otro gran escritor portugués (junto a Fernando Pessoa) fue un hombre pesimista, pero no por ello dejó de luchar hasta sus últimas fuerzas por una sociedad más igualitaria.


"Aprendi a não tentar convencer ninguém. O trabalho de convencer é uma falta de respeito, é uma tentativa de colonização do outro". (He aprendido a no intentar convencer a nadie. El trabajo de convencer es una falta de respeto, es un intento de colonización del otro).

La frase puede tener muchas lecturas, pero la política y la religión creo que son los dos mayores exponentes de esa necesidad de convencer, a veces a la fuerza, a los unos para que hagan lo que otros quieren. Además, lejos de limitarse a predicar, el portugués nos dejó una vida ejemplar donde poder reflejarnos si es que queremos intentar ser un poco más humanos.

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